Hemos planteado en los post anteriores de la serie #Facilitación, nuestra mirada más general a la Facilitación, su definición, sus raíces, sus desafíos y prácticas.
En este post queremos enfocarnos en el modelo Koru y los desafíos que nos planteamos en la construcción del rol del facilitador de experiencias de transformación. Tanto en el diseño cómo en la facilitación se requiere que la experiencia de transformación sea valorada positivamente desde cada uno de los dominios de la experiencia. Es por esto que el facilitador de experiencias de transformación utiliza el modelo Koru como mapa para observar y las visiones de mundo y las condiciones de vida a través de las herramientas y recursos propios de cada uno de los dominios de la experiencia humana.
Hemos definido que el facilitador de experiencias de transformación domina las herramientas y recursos para generar sabiduría colectiva, potenciar el bienestar de las personas y acompañar a las comunidades y grupos en la co-creación de proyectos sostenibles.
Al facilitar una experiencia de transformación nos focalizamos en la acción consciente para transformar la realidad. Y en la medida que generamos experiencias de transformación integrales y amorosas en nuestra vida, éstas se van multiplicando y proyectando en nuestras relaciones y nuestro entorno. Lo que nos permite generar experiencias que van actuando de lo individual a lo colectivo y de lo colectivo a lo individual, posibilitando cambios de consciencia.
La facilitación hacia la transformación paradigmática conlleva una gran responsabilidad y a la vez es un camino de crecimiento personal lleno de desafíos, gratificaciones y descubrimientos sobre la naturaleza de los seres humanos.
Los facilitadores debemos ser capaces de actuar como líderes y agentes de crecimiento personal, institucional y social en todo tipo de ámbitos individuales, grupales y organizacionales. Ser generadores de sabidurías y prácticas para abordar las crisis sistémicas, desde una visión integradora de la relación de los seres humanos con su entorno.
Esta visión nos lleva a la noción de escuela, a la comunidad de aprendizaje donde experimentar, aprender y crear experiencias de transformación, donde trabajar con el Ser para desplegar nuestras potencialidades, entrenarnos, practicar las técnicas y metodologías del arte de la facilitación, investigar e innovar en nuevos modelos, cocrear un lugar para sentirnos contenidos y acompañados, en un ambiente creativo y global para desarrollar nuestra pasión.
Desde el modelo Koru consideramos que la facilitación de procesos de transformación es un proceso complejo que requiere de tiempo, paciencia, dedicación para el desarrollo de las competencias necesarias que te permitan cultivar el Ser del facilitador, en el marco de un modelo ecosistémico de desarrollo humano que integra los conceptos de inteligencia colectiva, sostenibilidad, autocuidado, evolución, cultura, medio ambiente, buen vivir y espiritualidad como ejes orientadores de la práctica integral.
Así es que sin más dejamos abierto este círculo de transformación, y traemos el sueño de ser escuela, una escuela de facilitación y formación de líderes en la transformación hacia la conciencia ecosistémica.
Una escuela global, una red de facilitadores de experiencias de transformación educativas, organizacionales, comunitarias, terapéuticas, artísticas. Una comunidad de facilitadores/ líderes del gran cambio y generadores de creatividad colectiva. Una gran tribu que compartimos el arte de facilitación, con nosotros mismos y el mundo entero, enredados orgánicamente en el gran tejido de la vida, urdiendo sueños y voluntades hacia la transformación ecosistémica.
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Gracias por ayudarme a profundizar en la vía de la transformación.