“Los facilitadores debemos ser capaces de actuar como líderes y agentes de crecimiento personal y colectivo en todo tipo de ámbitos individuales, grupales y organizacionales. Ser generadores de sabidurías y prácticas para abordar las crisis sistémicas, desde una visión integradora de la relación de los seres humanos con su entorno”.
Ahora bien, ¿qué características tienen en común las personas que desean convertirse en facilitadores ecosistémicos?
¿Qué requisitos son necesarios para desempeñar correctamente este rol? ¿Qué campo profesional es más fértil para desarrollar este tipo de experiencias?
Veamos. Las personas que desean convertirse en facilitadores son movidas por una profunda necesidad de toma de conciencia, de conexión con todo y con todos, de hacer lo que hacen con más responsabilidad, compromiso y sentido. Por otra parte, para desempeñar este rol el único requisito es entender que la transformación empieza por cada uno de forma personal; solo así es posible promoverla luego en terceras personas o en grupos. Por último, señalar que no hay materia, sector de la actividad, núcleo que resulte más fértil que otros para facilitar este tipo de experiencias; todas ellas lo son y cada una de sus problemáticas y proyectos también.
Para ver un poco más en detalle de lo que hablamos, resulta oportuno mencionar algunos de los diversos ámbitos y cuestiones sobre los que ya se han diseñado y aplicado efectivamente experiencias de transformación según el Modelo Koru:
- Ámbito educativo. Por ejemplo, se ha diseñado un modelo de orientación vocacional para los adolescentes que transcurren su último año y se preparan para “salir al mundo”. También se ha diseñado un modelo para el trabajo emocional en el aula, y para mejorar la relación intergeneracional dentro de la comunidad educativa.
- Ámbito social. Se ha aplicado el modelo para difundir conocimiento y crear conciencia en temas sociales. Por ejemplo en cuestiones vinculadas a la transexualidad, temas de género y en movimientos sociales específicos.
- Ámbito comunitario. Múltiples han sido las experiencias de transformación diseñadas para promover eco-aldeas, eco-escuelas y eco-huertas educativas. También se han aplicado dentro de organizaciones vecinales para distintos fines.
- Ámbito ecológico. Han sido aplicados a la promoción de huertos urbanos y a la difusión de movimientos de transición y de consciencia ecológica.
- Ámbito organizacional. Modelos diseñados para el desarrollo del liderazgo transformador; para resolver deficiencias en la comunicación; para promover la productividad individual y colectiva, y para el desarrollo de redes de colaboración.
El Modelo Koru dota a los facilitadores de herramientas y recursos para que ellos mismos puedan utilizarlas libremente en el diseño de experiencias de transformación propias.
Efectivamente, como hemos repetido en artículos anteriores, no se trata de un Modelo rígido, estructurado o cerrado, sino todo lo contrario. El Modelo de la Espiral de la transformación Koru es una invitación a que las personas sean parte de las experiencias transformadoras desde todos sus dominios individuales: unidad, cuerpo, emoción; y colectivos: social y ecológico. ¿Para qué?Una experiencia de transformación supone focalizarse en la acción consciente para transformar la realidad. Es por esto que resulta tan importante que esas experiencias sean integrales; es decir, que actúen de lo individual a lo colectivo y de lo colectivo a lo individual, posibilitando cambios de consciencia en todos los niveles.
Aunque para que ocurra todo aquello es clave el rol del facilitador, pues es quien tiene la misión de ayudar a las personas a ponerse de acuerdo sobre la base de la elevación de ese nivel de conciencia personal y grupal, y por lo tanto, con el compromiso y la búsqueda de la solución más ecológica. Por ello, a lo largo de todo este proceso contribuye con la gestión de ideas, con la gestión emocional, de diálogos, de consensos y de disensos. Moviliza no sólo para la reflexión, sino sobre todo para la acción transformadora. Y todo esto, como hemos visto, dentro de una diversidad infinita de ámbitos y cuestiones.
El objetivo final de una experiencia de transformación siempre está orientado a generar sabiduría colectiva, potenciar el bienestar de las personas y acompañar a las comunidades y grupos en la co-creación de proyectos sostenibles y regenerativos. Es de esta forma que el Modelo Koru mantiene su génesis intacta.
Con lo antes dicho, la idea sobre la que está diseñado el Diplomado Internacional de Facilitación Ecosistémica (DIFE) nos acerca a la noción de Escuela, de comunidad de aprendizaje en la que los alumnos descubren cómo trabajar con el Ser para desplegar todas sus potencialidades, entrenarse, practicar las técnicas y metodologías del arte de la facilitación e investigar e innovar en nuevos modelos.
Los últimos alumnos egresados del DIFE tienen diferentes especializaciones. Entre ellos hay una psicóloga educativa, una música, un profesional de las ciencias sociales que trabaja en proyectos públicos, un experto en permacultura que que trabaja en temas transexualidad, un coach laboral, etc. Todos ellos ya están entregando su Proyecto final que consiste en una presentación libre del diseño y la aplicación el Modelo Koru en sus contextos. En un próximo artículo nos dejaremos sorprender por alguna de ellas.
*Koru es un Modelo ecopsicológico del ser humano y una metodología regenerativa para el diseño y facilitación de experiencias de transformación capaces de conducir a individuos y grupos hacia estados más integrales, trascendentes y sostenibles.