Soy Naturaleza, somos naturaleza. Uno de los grandes aprendizajes en este proceso del Diplomado Internacional de Facilitación Ecosistémica – DIFE.
Para mi ha sido una ventana que se ha abierto al mundo de la ecopsicología. En algunos aspectos ha supuesto un reconectar con una parte de mi que ha estado activa, abierta, inquieta desde hace muchos años, pero por diferentes motivos estaba en barbecho. Ha vuelto a despertar en mí ese compromiso por un tipo de economía diferente, más comprometida con las personas, con el medio ambiente, con la ecología, con la naturaleza. Una manera de generar recursos y de hacer proyectos más sostenible con mi ser y con el entorno que me rodea. Trabajar cuidando el proceso, mirando con la sensibilidad que te brinda una flor, escuchando con la sutileza de un pájaro, haciendo con la fuerza del fuego, entregando con la belleza del mar, bailando con el movimiento de las olas, soplando con la caricia del viento.
Todo ello recogido y plasmado en el Modelo Koru. Esa triple mirada en espiral que te permite tener una visión holística al ser humano, al grupo en el que participa y la naturaleza a la que pertenece. Y todo en una sola mirada!!
En mi experiencia como facilitadora en procesos de cambio y transformación tanto con personas como con organizaciones, siempre he tenido una mirada al ser humano de forma integral, teniendo en cuenta su dominio lingüístico, emocional, corporal, sensitivo, social y transpersonal. El aporte fundamental de este modelo en mi ser y en mi hacer es la integración de lo ecológico, del ser Naturaleza, de lo regenerativo.
No solo en mi desarrollo profesional, también en mi vida. Facilitar procesos cada vez más inclusivos, sanos, orgánicos en armonía con uno mismo y con la naturaleza. Se trata de experimentar una profunda conexión con la naturaleza.
Me he dado un baño de árboles, caminatas de poder, rueda de la medicina, arte orgánico, sabiduría ancestral, alquimia, esperanza activa, encantamiento, inmersión en la naturaleza, exploración de los 54 sentidos, patrones de la naturaleza, permacultura, entre otras, que en la medida que lo voy recordando vuelve a brotar en mi piel todas y cada una de las sensaciones vividas con estas experiencias. Muchas de estas dinámicas las voy aplicando con los grupos y organizaciones con las que estoy interviniendo y siempre hay un comentario de satisfacción de la experiencia vivida. Permite conectar con lo básico y esencial de uno mismo o de una misma para luego volver la mirada a la tarea, al equipo y a la organización y ser capaz de ver lo sutil y conectar con el propósito.
Todos estos descubrimientos a la luz de Capra, Roszak, Macy, y sobre todo de la mano de Marian y Claudio. Gracias por permitirme tener esta experiencia de profunda conexión con la naturaleza